Quedamos esperando que volviera. Pensamos que lo haría mañana pero ese día no llegó. Pusimos sillas cuando nos cansamos, usamos paraguas los días de lluvia y nos abrigamos si hacía frío. Hicimos oraciones a santos conocidos y falsos, descreímos de las religiones, aceptamos cultos peligrosos e inofensivos, pero nada dió resultado. En la espera inventamos canciones, silbamos y nos acompañamos con palmas para acelerar el tiempo. Leímos libros útiles y despreciables, diarios, revistas, pasquines y folletos Pero no volvía.
Y finalmente nos cansamos.
Y nos fuímos todos. Los amigos, los curiosos, los interesados y los oportunistas.
Y en esa noche llena de grillos volvió. Cuando nadie lo esperaba y Penélope destejía.
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