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jueves, 27 de enero de 2011

Pájaros urbanos

En el lugar donde trabajo el frente es absolutamente espejado. Y en la vereda hay unos cuántos árboles que sirven de hogar para unos pájaros perdidos. Cada tanto, uno de estos bichos se estrella contra el vidrio. Vienen volando y desconozco si es por un efecto narcisista o por el reflejo, pero se golpean con una brutalidad demencial. Otra alternativa es que se metan por una ventana abierta y queden revoloteando hasta que encuentren la salida medios asustados. Como ellos, creemos que todo lo que vemos es cierto y que solo volando con energía llegaremos más rápido. Y después del golpe no entendemos que pasó con la ruta señalada. Me he vuelto desconfiada. De los espejos, de los espejismos y de los falsos cielos terrenales o prometidos. De las ventanas abiertas a lugares vacíos. Prefiero dejarme llevar por la corriente que es mansa y te transporta. Y recién arremeter el vuelo cuando vea la cumbre, que por más que esté más lejos, es lo mejor que se puede anhelar.

3 comentarios:

amaliovilla dijo...

desconfíe mi querida.
no hay nada mejor que la duda.
eso sí, que no nos detenga.

Ada dijo...

Que la duda solo nos haga elegir que camino tomar

Javier dijo...

este mundo es una pared de metal y nacemos expulsados contra ella, solo se puede disfrutar del viento antes del golpe

beso,