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martes, 11 de noviembre de 2008

Adicta

Las adicciones son nocivas pero cuando hablamos de ellas todos las relacionamos con sustancias.
Creo que existe algo peor por su carácter aparentemente naif y benévolo; cuando no podemos dejar de relacionarnos con cierto tipo de personas. Aparentemente ideales nos hacen bien, pero al momento de dejarlas, nos sentimos mal y padecemos el resto de la jornada.
Concientes de estar enredados en algo invisible, prometemos no volver a verlas, no hablarles, no llamarlas..y nos dura tan poco la promesa..
Ese tipo de experiencias nos puede llevar a pensar que la felicidad pasa por ese momento de alegría; como un adicto que piensa cuanto disfrutará de aquel instante pero cuando todo pasa, superar la vida real es más dificíl que antes.
Rodeados de situaciones inofensivas en apariencia, sentimos un malestar sin saber la razón.
Siempre hay una razón.

10 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Tal cual. Insisto: me iría a vivir a una caverna. Aunque dudo de que ésa sea la solución.

Adolfo Calatayu dijo...

No sea tan severa con usted; quién en ese aspecto puede tirar la primera piedra o criticarla? Por otro lado es una cuestión (el poder modificar tales conductas),de tiempo,madurez,buen gusto y supervivencia asi que vayamos despacio.
Escuchemé Adita,dos cosas: uno,podría cambiar mi dirección de sus links ? digo veo que todavía conserva la de "los laberintos",dele no sea malosa,ponga la del sublime tema del Paz Martínez jajajajajaja
y 2) tendré que recurrir al robo descarado? puedo afanarle un post para mi blog,no mire para otro lado,oiga !!!
Besitos.

Unknown dijo...

Me gustan mucho tus textos. el juego del doble, de la otra mitad, de lo que engendramos dentro nuestro, cuando en realidad estamos engendrándonos.
Bello, muy bello...
Abrazote

Anónimo dijo...

Las adicciones son parte -siempre- de esa necesidad de buscar amor y de sentirnos queridos.

Ser amados y amar es la parte que también nos compromete en el asunto, entonces, la adicción nos toma de rehenes cuando necesitamos potenciar y hacer perdurar las sensaciones y el momento en el que mágicamente no sentimos queridos...

Besotes con mucho candor!!

Ada dijo...

Arcángel: no creo en una solución pero poner cierta distancia no es mala idea..beso!

Adolfo: primero le pido disculpas por no cambiar su link, sinceramente no me dí cuenta. Luego de este sencillo acto, me gustó mucho la aclaración "es cuestión de buen gusto y supervivencia", muy acertada! Y con respecto al robo consentido, tome lo que guste hombre! pero ya se lo había dicho antes (fijesé en el último comentario del 6/10)...no será que ud. no me mira mientras le hablo?ja,ja. Besotes muchos

Hadas y duendes: gracias por el comentario. Me gustó mucho tu comentario en el blog de Javier, aprovecho la ocasión para decirtelo. Un abrazo grande para vos también!

Cando:como siempre, recibo de su parte, una palabra acertada..rehén..clarisíma como siempre pero sin perder ni una pizca de candor! Besines muchos

Anónimo dijo...

Mi adiccion tiene nombre de hombre. Acabo de entender perfectamente lo que escribiste. Soy una adicta y me gusta serlo, duele, pero me gusta.

Ada dijo...

Nehuatl: si sos conciente de ello me parece perfecto, si el dolor no duele..no es dolor. Beso!

montse dijo...

Creo que la adicción a un sentimiento es peor que a cualquier otra sustancia, despierta muchos más sentimientos en torno a ella.
Precioso tu blog.
Besos.

Manuelita dijo...

Alguien dijo que la alegría es la felicidad en estado líquido: se derrama, se evapora, se contiene...
Siempre nos van a parecer diferentes las experiencias, y sólo ante el disgusto le buscamos la coincidencia; para creer que podemos preveer la próxima.
Pero no, sabemos que no.

Ada dijo...

Montse: en un punto los sentimientos se transforman en sustancias que ingerimos pero sin darnos cuenta. Gracias por el comentario! Beso

Manuelita: que bueno volver a verte! es cierto, lo sabemos..en algún momento habrá que hacer algo con ese conocimiento. Un abrazo grande