Como la vida misma

Ayer vino a casa un amigo a cenar y se ofreció a preparar la cena para demostrar sus dotes culinarios. - Me pasás la sal gruesa?..no esa no, gruesa te dije. - Si ya sé, lo que pasa es que la guardo en éste de sal fina porque tiene dos tapitas y uso la que no tiene agujeros. - Pero es un envase más chico - Y si.. yo casi no uso sal gruesa y los paquetes son muy grandes - A ver...que especias tenés?..si no esto no tiene gusto a nada - Picante no hay mucho, no me gusta - Pero hay dos frasquitos de pimenta, le puedo poner un poco de cada una - Ah no! En uno hay cacao amargo y en el otro orégano...no me gusta mucho la pimienta - Ajá...bueno tomillo puede andar- dijo mientras abría el envase rotulado como “tomillo” - No, pará! Ahí tengo comino, lo que pasa que no tenía ningún envase que diga “comino” - Y en este? Teóricamente tendría que haber romero - Nuez moscada. Pero mirá, en este que dice “ají molido” tengo ají molido! - Pero en este quilombo no se puede hacer nada! Y si yo quería darte una sorpresa y cocinar algo antes que llegarás?...una porquería de comida...quién sabe con gusto a que cosa! - Bueno, nadie viene a cocinar de sorpresa! yo me entiendo acá, no sé por qué tanto problema - Nadie vendría tampoco de sorpresa si supiera de esto! la única que se entiende acá adentro sos vos - Como en la cocina de la mayoría de la sociedad - Después las mujeres se quejan que no las entienden! Si ni siquiera son claras en lo mínimo... - No es la tragedia griega, a uds hay que explicarles todo también..es un poco de tiempo para ver de que se trata y condimentar..tanto cuesta? - No es necesario si todo fuera más claro - Seguimos hablando de comida, no? - Por supuesto - Entonces fijáte porque se va a quemar..lo único que falta es que nos quedemos sin comer - Definitivamente ya no hablamos más de comida...