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martes, 13 de agosto de 2013

Calendario

El 31 de Octubre debía celebrar el Día de Brujas en otro país.
En esa fecha, los fantasmas rondarían por la Plaza principal sin mirarnos aunque quisieran vivir más de la cuenta.
Deambularían sin tocarnos para generar en mi compañero de ruta alguna risa miserable.
Faltaba poco para terminar el año y entonces podríamos saldar todas las deudas pendientes. Después la vida seguiría su camino sin punitorios que recordaran nuestras faltas.
Halloween es una festejo divertido pero también nos remite al miedo y los espantos. Tal vez marcar ese día del calendario trajo una cuestión casi premonitoria.Como si nosotros mismos nos hubiéramos transformado en esos adivinadores berretas de salón.
Lo cierto es que los espectros, lejos de quedarse mirando, se sentaron cómodamente a esperar. A subir las apuestas sobre quién se dejaría ganar primero por el pánico, los malos entendidos, la desconfianza o la intolerancia al futuro. Haciendo chistes sobre nuestras incapacidades humanas para generar seguridad sobre los proyectos.
Sobre aquel destino que siempre es incierto e inmanejable.
Entonces no hubo viaje.
Tampoco encuentro. Ni desencuentro.
Eso fue lo más triste.
No hubo nada el 31 de Octubre de aquel año bisiesto. Solo una plaza chilena llena de fantasmas que jugaban a la rayuela con una piedrita del cielo.

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