Páginas

domingo, 19 de agosto de 2012

Edén

En cierta forma quiero como una endemoniada. Y no me da miedo decirlo.

Quiero con una imaginación ilimitada que me lleva a sucesos poco probables para este mundo. Con poca conciencia en el tiempo, sintiendo sin medidas, sin cronologías, como si cada día fuera el primero.
O el último.
O el único existente por vivir.
En alguna parte del corazón se arraigan instantes entrañables para creer que podría nadar un océano y sabiendo que en la mitad del camino es posible que dejara de existir.
Me habitan unos demonios que me hacen pensar que todo sería posible.

Pero recibo elogios de ocasión.
Yo quiero a un Adán que me hace sentir que no soy capaz de provocarle un solo acto irracional. Que no quepo en su cuota de actos con error. Y no sé lo que piensa pero sé lo que siento. Y me causa tristeza.
Es cierto... quise como una endemoniada.
Ya dejé de hacerlo y aquel hombre amado, anda por esta tierra redonda, buscando redimirse en esos paraísos inventados.

Que así sea.
Que así sea.
Y que el mundo siga girando

No hay comentarios: