Hubo un tiempo que era mío.
Lo medía en años, en días, en meses. Celebraba aniversarios, nacimientos, recordaba fechas importantes, acontecimientos como "el" primero y "el" último.
Era mi tiempo encapsulado. Giraba en torno a mañanas y noches, a llegadas tardes, prematuras, apremiantes. A corridas suaves o marchas lentas.
Lo compartía calibrado por otros. Lo recuerdo a la distancia como un período determinado por un mutuo acuerdo.
Ahora no hay nada para medir.
Hay ahora.
Yo me estaba esperando.
Lo medía en años, en días, en meses. Celebraba aniversarios, nacimientos, recordaba fechas importantes, acontecimientos como "el" primero y "el" último.
Era mi tiempo encapsulado. Giraba en torno a mañanas y noches, a llegadas tardes, prematuras, apremiantes. A corridas suaves o marchas lentas.
Lo compartía calibrado por otros. Lo recuerdo a la distancia como un período determinado por un mutuo acuerdo.
Ahora no hay nada para medir.
Hay ahora.
Yo me estaba esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario