Una palabra que tiene mala prensa es descontrol. Asociada al desorden y al caos, que te digan algo como descontrolada, suena pésimo.
Pero lejos de mi buena voluntad, hace un tiempo que el fantasma del "no control" me viene tocando el hombro a cada rato. Me doy vuelta y me mira con su presencia taciturna recordándome que siempre es factible que las cosas salgan de mi sujeción.
Y es peor aún. Intentando comprender, siento que muy poquitas cosas están bajo mi dominio, incluso aquellas que tengo como seguras.
Ya es inevitable.
Por estos días soleados ando descontrolada por el universo...pero a mucha honra.
