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miércoles, 24 de septiembre de 2008

De canciones y fogones


" Hay un balde en el fondo de la mar..plaf,plaf,plaf..
Hay un palo en el balde en el fondo de la mar..."
Las canciones que acompañaban el viaje en micro cuando nos íbamos de campamento eran eternas, jugando con las mil y un variantes, agregados y vueltas para seguir cantando. Siempre me acuerdo de esta del balde y otra de una cabra que eran las clásicas.
También estaban, pero perteneciendo a un repertorio más infantil, las típicas que nombraban asquerosidades que sucederían durante la estadía, relacionadas con la comida y otras yerbas.
Amaba esos campamentos... los de pequeña y los de adolescente,  por esos días el mundo se limitaba a ese perímetro y la convivencia con nuestros amigos. Las charlas al sol, las peleas por el repartijo de carpas (las que contenían más integrantes eran las más buscadas) protestar por la comida, por el desayuno, por la merienda...nos sentíamos tan importantes protestando!
Y por supuesto, el momento reservado para los cantantes y trasnochadores; el fogón.
Los varones, fieles al fútbol, que habían estado jugando todo el día, ni participaban de aquel evento porque estaban muertos de cansancio. Para los más "intelectuales" la guitarra y conocer varios temas, les reservaba el corazón de una cuantas, aunque el galán no fuera de los más afortunados en relación a su aspecto físico. La frase "una que sepamos todos!" se repetía como una muletilla a cada rato...Y así, entre los que gritaban frases ingeniosas para cargar al grupo cantor y los que seguíamos ladrando como si nada pasara, la noche se iba consumiendo.
Recuerdo todos mis campamentos como experiencias increíbles; porque tuve un grupo hermoso de amigos y además me gustaba vivir al aire libre.
Si tuviera el túnel del tiempo volvería para sentir la sensación de convivir sin dificultades, donde todos teníamos las mismas inquietudes y solo esperabamos cantar "esa que sabíamos todos"

6 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Así fue mi viaje de egresados de séptimo grado. Qué añoranza dulce y venenosa, Ada.

:)

Anónimo dijo...

¡¡Los campamentos!!
Cuántos recuerdos gratos.

La vida al aire libre, pura salud.

¡¡Quiero irme de campamento!! ajajaa

Besotes candorosos y campamenteros!!!

Adolfo Calatayu dijo...

Claro,tipo "Aprendizaje" no? jajaja
qué linda época,sin embargo te digo la verdad,nunca disfruté mucho de los campamentos...sí,amo la vida sana y que se yo pero no me causaba mucha simpatía la cuestión esa,en fin, usted perdone amiguita.
Besitos de ciudad,sin pasto ni tierra jajaja

Ada dijo...

Arcángel: que lindo que podamos compartir ese tipo de añoranzas.. Saludos muchos!

Cando: vamos preparando las mochilas! yo llevo la carpa, que le parece? besotes con acordes de guitarra!!

Adolfo: en serio no le gusta acampar? mire Usted..siempre mostrando una faceta desconocida! muchos besotones ciudadanos!!

Manuelita dijo...

Uy que lindos recuerdos me trajiste Ada: la carpa empapada porque no encontramos papel de diario para poner abajo, o el despertarse a la mitad de la noche porque alguna de las dormilonas pateo uno de los travesaños y tiró la carpa abajo; o ponerse a preparar salchichas con pure chef en una parrilla casera improvisada por nuestras manos infantiles...

Ada dijo...

Manuelita: tirar el caño central de la carpa y que se venga abajo, un clásico!! que bueno intercambiar recuerdos, me había olvidado de ese detalle! besos pero sin nostalgia