A pocas horas de tomar la decisión
quise echarme atrás y adoptar una postura que fuera aceptada. No tendría elogios pero tampoco críticas; me convertiría en una más y a veces suele ser una opción elegida...es cómoda.

Cuando el reloj me intimó a trabajar, mis susurros internos me llevaron a resolver todo a mi forma aunque sintiera el pánico fluir como una corriente. No sé si estoy conforme con el resultado, pero estoy segura que no puedo endosarle las consecuencias a nadie. Ni a los que dieron consejos, ni a los mediocres, ni a los oportunos, ni a los pesimistas o a los empalagosamente positivos. Fue un objetivo cumplido para recibir con los brazos abiertos el siguiente acto. Ahora no hay redacciones bajo el título "Si lo hubiera hecho así".
Lo recomiendo como experiencia. La fidelidad a uno mismo no está de moda porque no es un vestido comprado, si queremos lucirlo hay que trabajar hasta conseguir la tela...