Páginas

lunes, 6 de diciembre de 2010

Juana

Todos recordamos el cuento de Juan sin Miedo; un individuo que lo único que deseaba era sentir temor. No me acuerdo como comenzaba ni terminaba la historia, mi memoria solo conserva el personaje y su búsqueda por la carencia. Hoy en día ser un "Juan" equivaldría a ser un suicida. Nuestra vida, con tantas cosas para recalcular, hace que la memoria funcione como un GPS y el mejor camino debería ser temer a lo desconocido, como bien aprendimos en algún lugar. También a lo conocido que suponemos inmanejable. Y al paso del tiempo mal utilizado. Sentir pánico del sufrimiento a repetición y mantenernos lejos de las causas y consecuencias. Esto mismo dijo alguno se llama experiencia. Para mí, es sentir que volveríamos a comportarnos a repetición porque el hombre parecería ser un animal de costumbre. Como ya dije no me acuerdo si el muchacho consiguió eso que él consideraba una virtud, si le fue útil o no pudo soportarlo. El miedo no es un sentimiento fácil de llevar, nos mantiene vivos y a salvo mientras nos anestesia lentamente las ganas de ser otros. Casi nada...casi todo.

No hay comentarios: