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jueves, 12 de junio de 2008

Andar despistando

Engañar a la muerte es fácil. Aunque nos ande buscando y no lo sepamos, nuestros refugios la dejan fuera de contexto. Hay que reír siempre de más para que no queden dudas, para que no parezca mentira. Contar casi todo, quedarse solo con lo imprescindible, no cargar con grandes mochilas llenas de cosas inútiles. No llevar “por las dudas”. Pensar pero no tanto, ser justo para con el resto tanto como para uno. Amar sin tener demasiada conciencia de la razón. Arriesgar y jugarse como en la final de un campeonato, solo por la camiseta. Pero si a pesar de todo la muerte llega un día y nos sorprende, que sienta envidia, que ni siquiera quiera vernos para refregarle en la cara toda su opacidad. Que le moleste nuestra presencia vital aunque estemos siempre con ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no dejar nada por hacer, así cuándo llegue la muerte podamos decirle: "vamos?" con una sonrisa.

luis dijo...

que lindo escribes ada. Gracias por entrar a mi blog... cuando quieras, saludos desde´Perú