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lunes, 29 de noviembre de 2010
A punto de caer
Parada frente a un torbellino con más siglos que mis recuerdos. Parada sin resistirme.
Me hace perder el equilibrio pero mantiene la fuerza bajo un solo pensamiento. Y lo que menos hago es olvidarme de mí.
No quiero olvidarme en un vendaval de primavera porque son los peores para buscarse. Uno puede caer en cualquier arbusto espinoso y quejarse de las pinchaduras.
Si voy a perderme prefiero que sea cuando se acuesta el sol del verano. Uno puede instalarse en una silla y mirar hasta el horizonte, y aunque sople el viento y me quite la voz, puedo volver a encontrarme cuando duerma bajo un árbol
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