Páginas
lunes, 11 de octubre de 2010
Mundanal
Estaba el mundo; el mundo grande, redondo y sostenido por cuatro elefantes.
Y después el pequeño. El que tenía cien veredas y doscientos árboles, cuatro mil casas con habitantes sin conocer y unas cuarenta donde vivían seres con nombre y apellido.
Y el micro cosmos. Una habitación, una almohada y un saco pequeño de lana amarilla por si hacía mucho frío.
Entre éste y los siguientes no había espacio; solamente cientos de miles de kilómetros de desierto sin oasis.
Y yo seguía caminando. Una ruta sostenida por animales gigantes en un mundo que no existía.-
Suscribirse a:
Entradas (Atom)