A veces las palabras sueltas dejan de ser efectivas. Adiós. Nunca. Amarillento. Oscuridad. Mano. Solero. Cuento. Susurro. El acento ensordecedor con el que fueron dichas solo queda en la memoria.
Como ya sabemos, la memoria es selectiva. Ahora perdieron sentido, recordé tu voz en aquel verano porteño y me puse triste pero sin saber el motivo.
1 comentario:
Encontré tu blog después de vagar por los favoritos que tenía en mi navegador. Brillante, me interpelo en este momento raro de mi vida. Nunca dejes de actualizar, ya casi no existe este tipo de cosas.
Publicar un comentario