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lunes, 16 de enero de 2012

Cuentos que esperan

Cenicienta en el conurbano, hacia donde corre la soledad?
Te sentás en el lugar común, esperando un carruaje que no llega, imaginando que la lluvia no inunda tus zapatos nuevos. Sabiendo que las calabazas se transforman solo en pucheros.
Y lo bien que hacen convirtiéndose en puré de respuestas cuando no hay demasiadas preguntas.
Una princesa cuando cree más en el Diablo nefasto que en el Angel guardián, donde esconderá sus deseos de noche?
Guarda un zapato de cristal, busca el principe que la rescate; quisiera avisarte bonita que esas cosas no suceden. Que un día los zapatos perdidos se rompen y los socorristas están muy cansados.
Si los ángeles se callan y los diablos susurran en los veranos pegajosos de Buenos Aires, nosotros deberíamos proteger parte de tus anhelos para que tu sonrisa no termine cuando llega la medianoche.

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