Salvando los restos del naufragio encontré mi diario de viaje...vaya uno a saber por qué motivo no se hundió con el resto de las cosas y estaba flotando en la superficie cerca de unas valijas.
Seguro quedó como regalo del cosmos, para no olvidar ciertas cosas, para saber que pasó hasta el último día.
Cuando llegue a tierra firme lo voy a usar para encender el fuego...bueh! recién al segundo día porque tengo que esperar que se sequen los papeles.