Páginas

domingo, 28 de abril de 2013

Pesadillas diurnas

Estoy comenzando a convertirme en el monstruo que siempre soñé.
Un monstruo lleno de peludas intenciones. Con varios ojos en la frente y una forma amorfa para moverme.
Uno de esos que los niños no quieren en sus pesadillas pero que son efectivos en las películas de terror de la adolescencia.
Con capacidad para generar gritos de espanto y sugerir visiones espectrales.
Uno de los que no podrían entrar en los paraísos prometidos.
Uno que no tuviera ninguna posibilidad de sufrir porque pertenece al mismo mundo de espanto.
Esos personajes que causan rechazo pero que al mismo tiempo son la sombra de la luz, la balanza que equilibra.
Permitirse ser aquello que tantas veces temimos...

jueves, 25 de abril de 2013

Vivirlavida

¿Que hacer con nuestros muertos cuando estamos vivos?
Donde colocar sus miradas ausentes, sus sonrisas inquietas, sus colores preferidos, las elecciones diarias, las comidas que dejarán de ingerir, los proyectos que quedaron truncados, los viajes que no podrán realizar o los riesgos que ya no deberán asumir?
Donde alojar tantos datos para que no se sientan olvidados?
Como no sentirse un cobarde si no queremos terminar aquello que quedo sin finalizar?
En que lugar enterrar sus ganas de quedarse, su historia, las canciones que dejarán de ser favoritas, los discos que serán arrojados a la calle?
No hay lugar en la tierra de arriba para ellos.
Dejar sanar los muertos.
No retener sus deseos. Permitirles un lugar seguro lejos del ruido interno.
Despedirlos de la vida con la circunstancia de su destino incierto pero seguro.
Dejarlos ser.
Dejarlos muertos.

viernes, 12 de abril de 2013

Souvenir

No sirve un souvenir del vuelo. El recuerdo de tus alas, no significa nada más que anhelos de recordar el pasado todo el tiempo.
Si fue magnifico o mediocre, ahora da lo mismo.
Observas tu último tesoro imaginando que guarda la esencia de la libertad, pero es solo un fetiche para imaginar el viaje.
Es momento de olvidar como era antes de estos plumones.
Ahora la paciencia, y el encuentro con tu esencia, será lo único que te hará volver a la cumbres heladas.


jueves, 11 de abril de 2013

Crisálida

Cuando la oruga siente que todavía no es el momento (pero que está cerca) debe experimentar un profundo impulso de vomitar eso que constituye su propio universo, el capullo de su producción natural que sin embargo contiene un ahogo oscuro.
No es ahora.
Padece  la última etapa de la transformación pero sin la suficiente fuerza como para liberar la tensión en la que se encuentran sus alas.
Este proceso de asfixia podría transcurrir en el escaso  tiempo de nuestros relojes, pero más extenso para quién tiene pocos días de vida en el calendario gregoriano.
Una tarde llega el instante mágico cuando el sol está dando el paso a la luna.
Impulsada por un deseo de morir con su dolor rompe la red y nace una vez más.
Pero ahora para volar por siempre.


miércoles, 10 de abril de 2013

Equilibrista

Las redes tiene agujeros pero igual te sostienen (te lo dije sin pensarlo aunque fuera una buena metáfora)
En realidad yo tampoco creo que esos hilos que se unen puedan evitar un golpe, imagino que no son confortables para caer. Tal vez por eso nunca quisiera hacerlo. Detesto las redes porque me suenan a limites.

Quizá solo quiera andar sin temor a perder el equilibrio, segura en el sendero, derecho o doblando pero con la certeza del camino.
Pero esas señales no aparecen. Vemos solo esas redes que no pueden ser tan útiles.
Está bien, estas cosas suceden.
Casi siempre es porque uno está seguro lo que necesita. Lo sabe.

Y el vértigo de esta certeza incluye comprender, que en este punto del camino estamos muy lejos para obtenerlo.
Lo único que poseemos es un fino cordón con el que nos atamos a los sueños.


domingo, 7 de abril de 2013

Fuerza natural

Teníamos alas? como eran?
Enormes como las del cóndor o pequeñas como las moscas?
Yo me sentía dueña de unas increíbles, que llegaban a las cumbres más sofocantes, más heladas. Llegar a los picos máximos siempre es cruzar ciertos limites.
Pero como la fábula de Icaro, acercarse a la fuente máxima de vitalidad puede ser peligroso. Los miedos se expanden, las fronteras desatan los nudos de los limites y las plumas caen, una por una hasta quedar hechas solo un recuerdo de lo que pudo haber sido.
Lo sé. Eran demasiado pesadas.
Ahora tengo unas plumas pequeñas sobre el lomo... pero para volar no me alcanzan.
Y cuando llega la noche, todavía dudo si quiero que seas mi compañero de tierra o conservar solo este deseo del vuelo.

lunes, 1 de abril de 2013

Pantano

Ecuaciones estancadas me hacen procrear en la mortalidad de los vivos o engendrar seres sosteniendo la vitalidad de los muertos.
Producto de la copula nacen sentimientos víctimas del desamparo; en uno porque no podrán crecer y en otros porque no obtendrán continuidad.
Mientras tanto, en la sala de espera, agonizan los recuerdos y la melancolía cuando la necesidad de mutar los apremia; la vida se pone de frente y a los gritos les pide algo más. 
Me retiro de esos territorios deshabitados con salitas de primeros auxilios en las esquinas. 
Pienso que no conviene extraviarse por las causas perdidas y sus pantanos.
Improviso un brindis y permito unas lágrimas furtivas.
Ahora la mochila se siente más liviana para seguir en busca de la tierra fértil.